El error que jamás debes cometer en tu proyecto
Lo recuerdo como si fuese ayer.
Realmente fue ayer.
Estábamos completamente emocionados porque de alguna forma, habíamos obtenido una lista con los datos de la competencia.
Todos los datos.
Sí, sí, una base de datos con sus clientes, teléfonos, mails… y sin hacer nada fuera de la legalidad.
Estábamos jubilosos de alegría.
Lo teníamos, hablábamos como si tuviésemos la vida solucionada, y el éxito llamase a nuestras puertas.
Nada podía fallar, teníamos la lista, teníamos sus mails, y una mejor oferta que la de la competencia a la que queríamos machacar.
Los clientes vendrían a nosotros atraídos por la combinación de nuestra mejor oferta y un buen producto.
En unos meses habríamos pasado de ser una start-up normal y corriente, a ser una start-up de éxito. Con clientes all-over-the-world y un equipo joven y guapo.
NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD
La tremenda bofetada no tardó en llegar.
Comenzamos como locos a hacer e-mail marketing.
De hecho, y esto lo tengo grabado a fuego en mi mente, recuerdo haber tomado la decisión de mandar correos de 25 en 25 por si se colapsaba la página.
Como diría nuestro querido Luis Moya –ojo lluvia cuidado barro-
A medida que iba enviando correos, me hundía cada vez un poco más en mi silla.
Mandaba 25 al día.
Al principio pensaba. Bueno, estarán muy ocupados estos 25.
O… Seguro que esta semana entra alguno.
Empecé a espaciar los mails en el tiempo para darles tiempo a responder… Pero ni las respuestas ni las altas en la web se producían.
Cuando llevaba 500 emails enviados, decidí parar y afrontar la cruda realidad.
Aquello en lo que habíamos depositado tantísimas esperanzas estaba fracasando estrepitosamente.
Un batacazo en toda la regla.
De alguna forma no estábamos siendo capaces de llamar la atención de ese público.
¿ Y por qué, si en teoría ese público era el ideal?
Entrenadores online, y que demás ya pagaba por servicios de gestión de entrenamiento online.
¿Qué más se podía pedir?
A día de hoy me he dado cuenta de las muchas suposiciones e hipótesis que daba por hechas, y que realmente fueron las que llevaron aquella iniciativa al traste.
LO APRENDIDO
Lo que pretendo con este post no es disuadirte de que tengas iniciativa y arranques con ella.
Ni mucho menos.
De hecho, todo lo contrario.
Lo que quiero es que no comentas el mismo error que hemos cometido nosotros, y pruebes.
EL MÉTODO
Para cualquier cosa que hagas.
Sí, funciona para cualquiera.
Yo lo estoy aprendiendo a base de fuego, pero quiero ahorrarte un par de quemazones si puedo.
Ante cualquier iniciativa, proyecto, o idea, construye un experimento piloto.
En este experimento piloto lo más importante es que sea BARATO y RÁPIDO de ejecutar.
No importa si lo que has hecho está incompleto o no.
Lo que buscamos es que se pueda captar la esencia.
Para que te hagas una idea, tiene que darte vergüenza enseñárselo a alguien, sino, es que ya no es un prototipo.
Una vez hecho esto, insisto, sea cual sea tu idea, busca a alguien a quien enseñársela.
Sí sí, enseñársela.
No tengas miedo a los típicos tópicos de…
Me van a fusilar mi súper idea ¡
Alguien me la copia fijo…
¿Tendré que registrarla antes?
Te garantizo que nadie la llevará a cabo ya que el esfuerzo de hacerlo es infinitamente superior a las ganas que alguien pueda tener.
Seguro que has escuchado en tu entorno un montón de veces… Buah! Con esto fijo que nos forrábamos, y resulta que nadie da ni el primer paso para forrarse.
Sólo tú tienes ese poder y esa motivación con TU idea.
Lo dicho.
Enséñasela a un vecino, amigos de tus amigos, alguien que te pueda dar una opinión “imparcial”.
Ni que decir tiene que si es un posible cliente ideal, mejor que mejor.
Que le busque pegas, todas cuantas pueda.
Repite el proceso de tres a cinco veces.
Habrás recogido la información suficiente para poder hacer otra iteración de tu proyecto.
Y lo mejor de todo, te habrás ahorrado mucho tiempo y dinero en la posible construcción de tu idea, que a lo mejor era algo que tus clientes no querían.
Es mucho mejor enfrentarse a esto cuanto antes y validarlo, que dejarse la piel en el intento.
Repite esta operación tantas veces como sea necesario, y moldea tu idea.
A esto se le llama filosofía “Lean”.
Mantenerte “ligero” en el proceso de lo que quiera que hagas, te ahorrará tiempo, dinero, disgustos y alguna que otra cosa más que descubrirás por el camino.
Bienvenido al club.
PASA A LA ACCIÓN
Así que si estás pensando en ampliar tu negocio de entrenamiento online, o quieres llevar a cabo un nuevo grupo de entreno, o estás pensando en montar un club, o tienes pensado ofrecer nuevos servicios. Pruébalo. Barato y rápido.
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Mantente ligero ¡!