Curso de entrenador Nacional de Triatlon, una experiencia religiosa
Esta es la XXXXIII entrega de la serie de post de nuestro viaje hacia una comunidad de 10.000 train2goneros que disfrutan de su estilo de vida deportivo y saludable.
( Ya somos 1732 !!!! )(+2%, +34 desde el anterior post 02/12/2015)
Hoy te quiero escribir sobre la experiencia religiosa que tuvimos el fin de semana pasado.
El calificativo de “religiosa”, se lo doy porque siendo agnóstico, pocas veces me he encontrado tan fuera de mi zona de confort…
Te pongo en antecedentes.
Resulta que todos los años se celebra en Madrid un curso presencial para sacar el título de entrenador nacional de triatlón nivel 1.
El año pasado ya estuvimos allí, dando a conocer nuestra herramienta. Pero lo hicimos rápido y sin mucho tiempo a prepararlo tal y como nos hubiese gustado.
Este año sin embargo quisimos hacerlo bien, con todas las de la ley.
Queríamos apostar por ofrecerles a todos esos entrenadores, o futuros entrenadores, algo de valor, no solo publicidad vacía y que pudiese caer en saco roto.
Queríamos aportarles cosas, que se llevasen algo de Train2Go, un pedacito de nosotros que los hiciese mejores en su campo.
¿CÓMO CONSEGUIR ÉSTO?
Se nos había ocurrido aportar más conocimiento.
Llevar a uno/varios de nuestros clientes (entrenadores con experiencia) y que diesen su aportación y/o su punto de vista, en los temas a tratar por la escuela de entrenadores. Evidentemente, nosotros correríamos con los gatos de toda esta intendencia.
Estuvimos en charlas y negociaciones con el director de la escuela de entrenadores de la Fetri (Javier Chavarren)
Desde aquí quiero agradecerle su predisposición a negociar y a llevar a cabo esta colaboración, que finalmente y debido a la burocracia interna del organismo, nos fue imposible completar.
Con lo cual, viendo como esta puerta se nos cerraba, tuvimos que improvisar, porque otra vez se nos echaba el tiempo encima.
EL PLAN
Como el curso se desarrollaba el fin de semana, viernes tarde, sábado todo el día, y domingo de mañana, pensamos en la posibilidad de ofrecer una cena-pincho-charla relax el sábado al salir del curso, para darles un respiro a todos ellos y crear un ambiente donde se pudiesen relajar y distender, después de un largo día de clase.
Evidentemente, en esa cena-pincho-cocktail (cada vez le meto más nombres jajaja) habría una mini presentación de nuestra herramienta, ya que después de 8 horas de clase, si estamos más de 15 minutos hablando, igual nos matan.
Dicho y hecho, nos pusimos a organizar el “tinglao”.
Reservar el sitio, contratar catering, reservar recursos como un proyector, los camareros, la hora extra del personal de INEF, las invitaciones pertinentes para los entrenadores…
Un montón de cosas para garantizar que todo saliese bien. Lo conseguimos, llegamos a tiempo.
Llegó el fin de semana y salimos hacia Madrid.
Ningún problema en nuestro camino, de hecho, fue todo un placer ir estrenando mi coche nuevo (tuve que cambiarlo porque voy a ser doblemente padre !!)
Así nos plantamos el sábado a las 8.15 en la puerta de las aulas de Inef, para hacerles llegar a todos y cada uno de los asistentes al curso, nuestra invitación al evento.
En dicha invitación había:
1.- un sobre con toda nuestra información
2.- la propia invitación en donde se explicaba el evento y se pedía confirmación, y el menú de dicho cocktail.
Pues bien, una vez repartidas satisfactoriamente todas las invitaciones, sólo quedaba esperar.
Eso sí, una larga espera de 9am a 21pm donde esperábamos de alguna forma, y con la experiencia del año anterior, tener algún tipo de interacción con estos entrenadores y generar algún tipo de curiosidad.
LA CRUDA REALIDAD
Basados en la experiencia del año anterior, nos pusimos en los descansos del curso en las mesas de Inef, con nuestros portátiles desplegados listos para poder enseñar la plataforma a los curiosos que no se pudiesen resistir hasta las 21pm.
La primera en la frente, no se acercó NADIE.
Nos sacudimos el polvo y nos dijimos a nosotros mismos, “nha no habrán tenido tiempo de leer el tríptico, estuvieron en clase…”
Otras dos largas horas hasta que saliesen al medio día de clase, y pudiésemos tener otra interación, nos aguardaban con total certeza.
Y llegó el momento, tocaba ir a comer. Gracias a que teníamos a un compañero de club entre los alumnos (Nacho Castro), pudimos volver a tener otro contacto con nuestro público objetivo.
En ningún momento quisimos ser pesados, ni invasivos. Sólo queríamos estar allí, presencialmente, por si alguien tenía la curiosidad, estar preparados.
Segunda en la frente, ninguno de los 10 con los que fuimos a comer, mostró ni el más mínimo interés.
Con este panorama, decidimos no acercarnos por allí por la tarde hasta las 18.30 o así, que era cuando llegaban los del catering. Como te había comentado antes, en la propia invitación, pedíamos amablemente una confirmación por email, o por whatsapp.
TERCERA EN LA FRENTE. A las 18.30 reviso el email, y no habíamos recibido NI UNA SOLA confirmación.
Esta me mató, como la canción de mecano.
En ese momento, me vino la diarrea.
Sí.
¿Había comido algo en mal estado?
No señores.
Estaba literalmente cagado de miedo de ver que la posibilidad de haber gastado 1500€ en un evento en el que habría más camareros que asistentes, era muy muy pero que muy real.
Totalmente out de mi zona de confort me dediqué a tratar de concentrarme en la presentación, que estuviese todo bien organizado, y que todo lo que estuviese en mi mano, diese la talla.
Así lo hice y me funcionó.
Conseguí ser persona las dos horas que faltaban.
Es más, conseguí decirme a mí mismo, que el éxito o el ROTUNDO fracaso del evento, dependería de que le echase «webos» y me plantase en la escalera de salida, tratando de convencer uno a uno los entrenadores que por allí fuesen saliendo.
Eran ya las 21, hora de salir.
Me concentro y le echo “webos”.
Me iba a enfrentar cuerpo a cuerpo a 60 personas, y sobre todo, al posible rechazo en mi misma cara, de que el esfuerzo que había estado haciendo durante semanas, se podría ir al garete.
Empiezan a bajar y empiezo a abordarlos, esta vez si, siendo invasivo, era todo o nada.
Uno tras otro me dan largas.
No me puedo derrumbar.
Todavía quedan 40 por bajar.
20 se me han ido sin ni siquiera darme tiempo a asimilarlo.
La idea de tener que llevar 1500€ de comida a un comedor social ronda mi cabeza unos instantes.
Sin tiempo a reaccionar sigo a lo mío.
Hablo uno a uno con todos ellos, escasos segundos.
¡Logro convencer a un pequeño grupito!
Bien, ¡no vamos a estar solos!
Siguen bajando.
Sigo hablando.
Algunos dudan.
Tiempo maravilloso para sacar a relucir mis escasas dotes comerciales que me he visto obligado a desarrollar visto el panorama.
Los convenzo también.
Espero a que acaben de bajar todos.
Mientras Luis, dando la cara y aguantándolos allí mientras yo rellenaba el máximo cupo posible.
Trabajo en equipo, como siempre.
¡Al final conseguimos 25/60!
Vistas las circunstancias, ¡todo un éxito!
Si me lo dicen a las 8.15 am, no lo hubiese firmado.
A las 20.59, hubiese firmado con sangre…
A partir de este momento, poco que contar. Todo fue sobre ruedas. Pude relajarme y disfrutar. Disfrutar mucho.
LA PRESENTACION
Ver que 25 personas, después de 8 horas de clase, te presentan total atención a lo que les estás contando, y que después aún se quedan una hora mas, a compartir contigo ese momento, con charlas muy muy agradables, no tiene precio.
Desde aquí, si eres uno de esos 25 (porque alguno ya hay usando la herramienta 🙂 )te doy las infinitas gracias. Por que la verdad el feedback fue muy positivo.
Así que finalmente todo salió bien.
Pero esas 12 horas de tensión casi acaban conmigo.
Quizá a alguno este relato le pueda resultar exagerado, pero te prometo, que yo así lo viví.
Otra lección vital que me da Train2Go, y que dalo por hecho, me ha hecho mejor profesional.
Todo suma, y en circunstancias adversas, suma doble.
PARA TERMINAR
– Me gustaría mucho conocer tu opinión sobre lo que acabo de escribir: ¿Que crees que falló de nuestro plan? ¿Alguna vez has estado tan fuera de tu zona de confort? ¿Qué hubieses hecho tú en mi lugar?
– Puede que alguien a quien conozcas le pueda servir esto, ¿me ayudas a compartir esta publicación en tu Twitter, tu Facebook, tu Likedin y/o a tus contactos por email?
– ¿Te apuntas a nuestro viaje de conseguir más de 10.000 usuarios en Train2Go? Escribe tu mail arriba del todo y te aviso el primero de cada post que publique (más o menos cada 15 días)
El miedo a lo nuevo para muchos es grande, yo decidí probar con vosotros esos dos meses gratuitos y de momento no me arrepiento lo más mínimo, seguir así q lo consehñguireis
Te garantizo que yo no hubiese tenido los XXX de tirarme a la gente, a las 20h me hubiese ido para casa. Eso es creer en uno mismo. ¡Éxitos amigo!
Conociendote Vicente? Ni de coña, serías el primero en estar al pie del cañón. No obstante gracias por los ánimos. La verdad es que en esa situación no me vi con otra alternativa. La de irme para casa con el rabo entre las piernas me parecía 100 veces peor que enfrentarme a mis miedos 😀
Pues si Jose. El miedo a lo nuevo nos es conocido a todos. A unos más que otros, pero parece ser que es un mecanismo de defensa que nos acompaña en nuestros genes desde hace muchos muchos años. Así que de momento, tendremos que seguir luchando contra él ! 😀 Gracias por tu confianza.